La puerta ha sido abierta...¡¡Adelante!!

Seguro que más de uno, al ver el vídeo que da comienzo a este pequeño artículo se ha sonreído, dejándose llevar por una oleada de sentimientos. Alegría, cariño y quizás...sí por qué no...nostalgia seguido de un poquito de añoranza sazonado con un poquito de tristeza.
Quizás, nuestros lectores más jóvenes no entiendan del todo esto, pero esta serie marcó para muchos un antes y un después junto con Pokémon.
Recuerdo cuando, de pequeño, salía corriendo de clases para llegar a casa y ponerme a comer viendo los dibujos que emitían en la dos.
Un día que se ha ido difuminando de mi memoria aparecieron, sin más... Ellos llegaron a nosotros, chavales de nuestra edad disfrutando de un apacible día de verano en el cual sus vidas cambiaron:
Tai, Sora, Mimí, Tk, Matt, Joe, Izzy y, por supuesto, el octavo niño elegido, aquel a quien Myotismon quería eliminar...Kari.
Imposible olvidar sus nombres, ¿Verdad? Cuando fueron transportados a la Isla Phil y allí conocieron a sus digiamigos, algunos (quizás yo sea el único después de todo) sintieron una pequeña punzadita de envidia, queriendo vivir las aventuras que ellos vivían.
Quince años han pasado ya desde que vimos cómo Agumon digievolucionaba a Greymon por primera vez, quince años han pasado desde que las flechas de esperanza y luz de Angemon y Angewomon, respectivamente, golpearan a Tai y a Matt, obrando el milagro que la Digiprofecía anunciaba... ¿Cómo pasa el tiempo, verdad?
Sin embargo...aún resuena en mi cabeza el sonido del digivice. ¿Lo escucháis? ¿Si? El sonido es cada vez más fuerte... Shhhh...cerrad los ojos durante unos instantes y prestad mucha atención...¿Ahora mejor?
Quince años han pasado y la puerta ha sido abierta de nuevo... En esta ocasión yo no me quedaré atrás ¿Me acompañaréis?

Vamos...¡¡La aventura nos espera.!!