Crónicas del Mago: Oscuridad


Muy buenas a todos atuineros. En esta ocasión, volvemos al Blog con una nueva sección en la que iremos colgando todas aquellas historias que vosotros nos queráis enviar.
En esta ocasión, el relato es de un socio nuestro, Jorge, también apodado de forma cariñosa "Secuoya".

Sin más, aquí os dejamos el primero de mucho relatos de esta nueva sección. ¡¡Disfrutadlo!!

"La guardia real irrumpió en la taberna, con su entrada vino un silencio sepulcral, aquellos que armaban jaleo, callaron. ¿Respeto? ¿Miedo? Cualquiera de las dos opciones hubiera sido válida. Varios asesinatos se habían dado lugar en la ciudad, todos relacionados con rituales extraños, la guardia real arrestaba a todo aquel que fuese o pareciese un mago. El capitán fijó sus ojos en él. Xiron no se percató, o eso parecía, él seguía con su misma actitud, bebía y leía tranquilamente. El puño de uno de ellos golpeó fuertemente la mesa en la que estaba, su copa se derramó. Xiron quedó atónito mirando los pedazos de los que había sido una copa llena de vino, al volver en sí cerró el libro y se levantó. Un atisbo de rabia brillaba en sus ojos esmeraldas, miro al guardia, quien al ver su rostro retrocedió unos pasos. Aquella era la mirada del mago al que no debían haber molestado. Miró al resto de la guardia, después a la clientela. Una sonrisa malvada se dibujó en su rostro. Una llama negra como el ébano comenzó a emanar de su mano derecha. Empezó a hacer calor y frío a la vez, la llama cada vez crecía más y más, antes de hacer algo con ella dejo escapar unas palabras en un tono un tanto sarcástico <Lo siento>. Ante estas palabras la guardia se abalanzó sobre él. El mago dejó escapar una gran llama negra con la que la estancia se sumió en la oscuridad. La repleta taberna desapareció. No quedaba ni un atisbo de ellos. Nadie sabía lo que había pasado, solo él que apareció sobre el tejado del edificio al otro lado de la calle, riendo como un maníaco. Su risa resonaba en el eco de las vacías calles de la ciudad sumida en la noche.
Amaneció con campanadas llenas de agonía, mucha gente lloraba por aquellos que desaparecieron en la noche, así como él se divertía viéndolo desde la distancia, su crueldad parecía no tener límites.
Del nublado cielo comenzaron a caer gotas de pesar y tristeza. La gente se atrincheraba en sus casas a esperar que la lluvia cediese."

Hasta aquí, queridos atuineros, la primera parte de esta crónica del mago Xion denominada "Oscuridad".
Si queréis más, no dudéis en dejar vuestras impresiones.

¡¡Nos vemos muy pronto!!

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